Un poema de amor corto sobre las sensaciones que puede inspirar una persona en otra. Una poesía donde se narra como se materializan los sentimientos en sensaciones corporales.
Mármol blanco cubre un cuadro que escapa al yugo del tiempo,
sentimientos inconexos van empañando el cristal,
sonriendo invento mundos, plasmo tinta en los cuadernos,
versos, cuentos y poemas, donde ya no sé si estás.
Sincronía en el recuerdo de tu pelo que a lo lejos
me recuerda el movimiento de mi pecho al respirar,
textos vacuos traducidos por tus ojos somnolientos,
noches, vino y alegría, mi vida tras tu disfraz.
Y entre tanta melodía de fondo en la noche fría:
¿quién sabe si al fin mis sueños dejarán de trasnochar?
Me corrompo con tu risa, con tu olor, con la avaricia
de querer guardar tu esencia en un frasco de cristal.