Una poesía sobre cómo el arte puede tener diferentes formas. Un poema de amor sobre como la poesía, la escultura o la pintura pueden difuminarse una a otra, dejando solo el producto final: el arte.
Transcríbeme el susurro que nos dibuja el silencio,
háblame de la escultura que esconde el lienzo del cielo,
píntame una poesía, cántame el olor de un sueño,
dime dónde se marchitan las nubes de este mar muerto.
Y en la infinita arrogancia obsesa de mis pensamientos
déjame calcar tus ojos dentro de este lápiz negro,
quiero olvidarte deprisa, para luego en mis adentros
conservar de tu mirada eso que llaman recuerdos.
Tras la última luz de un alba que oscurece el firmamento
me gritas tenue y despacio que puedes parar mi tiempo;
plasmo tu imagen con folios sobre un corazón latiendo
que descoordinado piensa: ¿este es el final del cuento?