Un poema corto sobre los recuerdos y cómo a veces nos encerramos en nosotros mismos. Una poesía sobre los sentimientos y nuestra manera de gestionarlos.
Comienzo a ver el tiempo que venció frente al olvido,
son cadenas desatadas que aun recuerdan días fríos,
la esperanza se revuelve, sola, en su cama olvidada,
ya no se prenden las velas, no hay amor bajo la almohada.
La exigencia, la revuelta, plantar cara al enemigo,
indulgencia de unos ojos que esconden un mar bravío,
es paciencia lo que emiten tus manos entrelazadas,
muero al percibir tu esencia, ya no hay más cuentos de hadas.
Y entre tanta indiferencia absorta en un cielo indeciso
¿dónde se esconden tus ojos?¿qué habrá detrás del abismo?
Es mi celda la respuesta a cualquier encrucijada,
no hay llave, tampoco hay puerta, pues nunca existió una jaula.