Una poesía corto sobre la esencia de aquellos que siempre están viajando, en busca de nuevos horizontes y fronteras. Un poema sobre la esencia de los caminantes.
No respondo ante las musas,
vivo en un tiempo afligido,
recorridos por un mundo que no entiende de destinos,
entre prados y ciudades,
entre lomas y molinos,
avanzo por el sendero en busca de otro camino.
Y cuando se abren las puertas
de una nueva incertidumbre,
¿cómo frenar el impulso que me empuja hacia otra cumbre?
Dos zapatos me acompañan,
mi sombrero y el abrigo
cuyo desgaste define la vida del peregrino.