Hoy os traigo un poema sobre el dolor muy personal, en primera persona. Una poesía que plasma un diálogo interno, solo salpicado con algunos momentos de comunicación exterior (las frases en negrita). El poeta en este caso siente dolor interno, un dolor que no tiene forma, pero que hace que recorra rincones de su mente buscando su origen.
Sobre el dolor que si lo nombras toma forma, y vuelve,
como un abril sin primavera. En tu interior aún llueve.
Como una vida sin luz, como un amor sin hogar.
A veces pienso que sí. Es otra estrella fugaz.
Y me retracto de todas mis despedidas,
que aun somnolientas cogen forma en esta mente mía,
que a veces quiere volver y otras echar a volar,
que tiende a querer sufrir, es un desierto de sal
que desconozco, aun recorriendo cada día
mis altas dunas de nostalgia y miradas vacías,
mis melodías de cierre, mis manos llenas de tierra,
mis guerras siempre incumplidas, mi pasión por las estrellas.
Como siempre, espero que os haya gustado. Creo que es la primera vez que escribo un poema sobre el dolor, pero estoy contento con el resultado. Recordad que podéis encontrar más poemas de este tipo en la sección de POEMAS DE VIDA.
Esta entrada tiene 2 comentarios
Pues sí, muy bonito
Gracias por compartirlo.
Te guardo en marcadores
Muchas gracias a ti por tu comentario, me alegro de que te haya gustado!
un abrazo